Frankenstein o el moderno Prometeo
“Una desapacible noche de noviembre contemplé el final de mis esfuerzos. Con una ansiedad rayana en la agonía, coloqué a mi alrededor los instrumentos que me iban a permitir infundir un hálito de vida a la cosa inerte que yacía a mis pies. (…) Respiró profundamente y un movimiento convulsivo sacudió su cuerpo
¿Cómo expresar mi sensación ante esta catástrofe, o describir el engendro que con tanto esfuerzo e infinito trabajo había creado? (…)”
Con semejante evento en el Capítulo 4, Volumen I nace Frankenstein, quien desde entonces ha sido parte de innumerables historias de terror. Cabe aclarar que su nombre se le otorgó en la cultura popular tiempo después, el apellido Frankenstein viene de Víctor, el creador del “engendro”, como él lo llama. En el libro el monstruo no tiene nombre, Víctor se refiere a él con nada más que sinónimos de desprecio, cuando no odio.
A propósito, las adaptaciones que se han hecho para cine y teatro distan mucho del libro, aquellas le han quitado la esencia a la historia, pues Frankenstein no trata sobre un monstruo que aterroriza a los humanos, sino sobre su creador, un hombre atribulado por haberle dado vida a una cosa inerte, lo que representa una blasfemia.
Víctor Frankenstein dirigida por Paul McGuigan
Así que mi recomendación es que leas Frankenstein, una verdadera novela de terror que me ha puesto los pelos de punta, entre muchas razones, debido a que el lenguaje es tan descriptivo y variado, que no se queda corto en ningún momento. Además, en el libro no solo se usa el género epistolar sino la narración en primera persona. De hecho, sorprende un poco que Mary Shelley tuviera tan solo 18 años cuando lo escribió.
A algunos también les escandaliza, todavía hoy, que una mujer escribiera una novela gótica en el siglo XIX, pero quien indague sobre la vida y especialmente sobre los primeros años de la autora, no dudara de que fue ella quien creó esta obra maestra.
La autora
Mary Wollstonecraft nació en 1797 en una familia de filósofos, sin embargo, no tuvo la dicha de disfrutar de los mimos de su madre ya que murió durante el parto. Cuando tenía 17 años escapó con Percy Shelley, quien sería su primer y más importante amante (Mary no creía en el matrimonio sino en el amor ‘abierto’). Quedó embarazada y perdió a su primer hijo, luego de recuperarse y tras una propuesta de Lord Byron comenzó a escribir Frankenstein.
Posteriormente continuó escribiendo, leyendo y aumentando su círculo social, a pesar de su salud tan débil. Se casó con Percy en 1816, tuvo otros cuatro hijos con él, pero solo uno de ellos vivió lo suficiente para alcanzar la madurez. Mary Shelley falleció a los 53 años presuntamente por un tumor cerebral.
Mary Shelley protagonizada por Elle Fanning
Contenido del libro
Los primeros capítulos de Frankenstein relatan la infancia, juventud y hechos que llevaron al soñador Víctor a reunir y unir en un solo cuerpo, los miembros de los cadáveres “más hermosos”. Los siguientes, narran cómo creador y creado volvieron a encontrarse en las heladas tierras del Mont Blanc, después de esa desapacible noche en la que el “demonio infame” fue creado, para que ambos llegaran a un acuerdo sobre su porvenir.
El diálogo que ocurre allí, pienso, condensa la esencia de la historia, pues es en este momento cuando se revela la gravedad del pecado que ha cometido Víctor y la verdadera naturaleza del monstruo, quien podría ser tan humano como los demás y merecer compasión.
“Demonio -grité-, ¿osas acercarte? (…)
Esperaba este recibimiento –dijo el demoniaco ser-. Todos los hombres odian a los desgraciados. ¡Cuánto, pues, se me debe odiar a mí que soy el más infeliz de los seres vivientes! Sin embargo, vos, creador mío, me detestáis y me despreciáis, a mí, vuestra criatura, a quien estáis unido por lazos que solo la aniquilación de uno de nosotros romperán. Os proponéis matarme. ¿Cómo os atrevéis a jugar así con la vida?
(…) ¡Diablo inmundo!, me reprochas haberte creado; acércate, y déjame apagar la llama que con tanta imprudencia encendí”.
El final no lo contaré para no hacerte spoiler, sin embargo, te adelantaré que estos capítulos son tan crudos como la misma imagen que se forma en nuestra cabeza cuando pensamos en Frankenstein, esa en la que aparece un hombre que camina con la pierna de un muerto que era atleta, otra pierna de otro muerto que era nadador, los brazos de un muerto más que era fisicoculturista, y la cara de, claro está, un muerto que falleció joven.
Padres e hijos
El libro entero es tan aterrador como melancólico y conmovedor, mucho más si se tiene en cuenta que ese “diablo inmundo” no es más que un recién nacido que quiere que su padre lo quiera y Víctor, un hombre horrorizado por lo que han hecho sus manos, un hijo asqueroso de aspecto y corazón.
Y en este punto es inevitable hacer una similitud con la creación de la humanidad, así como con la vida de la autora, una mujer sin madre que siempre buscó el amor de su compañero y que creyó haberlo encontrado en su primera hija, pero días después falleció.
Pues bien, eso es Frankenstein, lo tiene todo y nada que envidiarle a las Narraciones Extraordinarias de Poe, ¡incluso ciencia futurista! Así que no puedes pasar de este clásico de la literatura. Cuando inicies sé que te convencerás de que el “aborrecible monstruo” no es tan aborrecible y que Víctor merecía algo mejor.
Una adaptación de Tim Burton que sí me gusta
Cuéntame en los comentarios qué adaptación de Frankenstein te gusta más o, si ya leíste el libro, dime ¿cuál prefieres?